En tiempos previos a mi iniciación, había escuchado mencionar que la obra El Principito de Antoine de Saint-Exupéry, era una base de la masonería que era un “manual” de la misma y al releerla en ese momento no encontré lo trascendental de la obra en el sentido masónico, sin embargo y después de mi corto recorrido al lado de ustedes mis hermanos y con una observación más allá de mundo profano, he logrado identificar lo que para mí es uno de los pilares para el inicio de un aprendiz
Atendiendo una sugerencia realicé una lectura detallada del capitulo XXI referente al Zorro y sobre este encontré una riqueza que fundamenta el hecho de que me encuentre hoy aquí; presentando mis impresiones y consideraciones.
En primer lugar, el encuentro del Principito con el Zorro, marca para mí el momento en que un profano busca ingresar y buscar el camino de la luz, pero no sabe cómo hacerlo, escucha una voz, pero no sabe ubicar de dónde proviene y una vez la ha ubicado intenta interrelacionarse, pero desconoce como lograrlo. Muchas veces las personas buscan cambiar el sentido de sus vidas, por diferentes razones, una tristeza como en caso del principito, otras por romper la monotonía, hay quienes lo hacen por curiosidad y en el menor de los casos hay quienes quieren conocer más, ir más allá de lo aprendido, buscando aprender cosas nuevas y utilizar sus conocimientos para enriquecer su medio, su familia y la sociedad.
Acto seguido se presentan las reglas o condiciones que se deben cumplir para poder seguir adelante en el camino deseado, las personas que deciden continuar deberán cumplir con requisitos, los cuales incluyen como primera medida ser pacientes, se debe dedicar tiempo y tener un buen trato con las personas con las que nos relacionaremos y con el paso del tiempo lograremos “crear lazos”, con estas personas que en adelante serán nuestros hermanos; este conjunto de actividades constituye lo que en la obra se denomina “ser domesticado” y es el reflejo de que los lazos que se crean y que se van estrechando con los hermanos son recíprocos y dan valor a la grandeza de cada ser; no se trata de cambiar o adoctrinar a las personas, se trata de ver en cada uno lo que los exalta y reconocer la riqueza en la individualidad de cada hermano. Algo que me llamo ampliamente la atención es el hecho de que el zorro le diga al principito que “Domesticar” es “crear lazos” es que eso es “algo demasiado olivado”, y es que un libro publicado por primera vez en abril de 1943, ya hablaba de la amistad y la interrelación humana como algo que ya no se usa y hoy en día nos sorprendemos por como la tecnología, las redes sociales y la superficialidad no permiten estrechar lazos y contar con verdaderos amigos, se puede contar con cientos de “amigos” en redes sociales, pero no se siente un lazo que enriquezca nuestra vida a través de esa amistad, creo que por eso cada día es más difícil encontrar personas que quieran iniciar el camino del conocimiento y aprender.
Posteriormente y en el caso de los aprendices se decide continuar con el camino del conocimiento y “domesticar” nuestra relación con los hermanos, debemos tener claro que esa decisión es solamente el inicio, y que además del tiempo, la dedicación y buen trato a nuestros hermanos, debemos cumplir con rituales o ritos, los cuales son ceremonias programadas y organizadas que enriquecen nuestra relación y nos aportan pilares para nuestro crecimiento y es que la explicación de los rituales presentada en el libro es una forma sencilla de exaltar de forma sencilla el gran impacto que tiene la realización de los ritos explicados como: “Es lo que hace que un día sea diferente de los otros días, una hora de las otras horas”.
Todas las personas tenemos ritos los cuales cumplimos con agrado y compromiso, los católicos tienen la misa, los militares tienen las ceremonias de ascenso y desfiles, los intelectuales tienen las tertulias y nosotros los masones las Tenidas, para las cuales nos preparamos, nos arreglamos y esperamos con gusto que llegue el primer sábado de cada mes para reunirnos para continuar estrechando nuestros lazos y para crecer con cada enseñanza.
Por otra parte, en todo camino que iniciamos o cada reto que emprendemos, corremos el riesgo de no cumplir el objetivo, de no llegar a la meta planteada, o de que lleguemos al fin y debamos emprender nuevos caminos o metas, en el caso de nuestros hermanos podemos separarnos por diferentes motivos, y en esos momentos la tristeza puede embargar nuestros corazones, haciéndonos pensar en lo que dejaremos de vivir o compartir, dejando de lado lo alegre de lo que compartimos, esto es muchas veces un parece un slogan publicitario o una frase de tarjeta, pero realmente es lo que deberíamos pensar, cada vez que damos la vuelta a una de las páginas de nuestro libro, la alegría, el conocimiento y el apoyo que recibimos siempre será mayor al que dejaremos de recibir, porque eso es algo que en realidad nunca sabremos como sería en realidad; en ocasiones pensaremos que hubiera sido mejor no haber actuado, no haber estrechado lazos o no iniciar nuestro camino, pero no pensamos en lo que pasaría si no hubiéramos aprendido lo que aprendimos y es esto lo que el zorro le enseña al principito al momento de separase, el hecho de que es mejor el riesgo de estrechar lazos y separarse que no haber estrechado lazos y permanecer inmóvil, cada lazo nos alegra y nos enriquece.
Por último, encuentro en las siguientes palabras del zorro la lección más grande “sólo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos” y “Eres responsable para siempre de lo que has domesticado”. Ya que al inicio como aprendices debemos desaprender los conceptos preconcebidos y abrir nuestra mente para aprender y entender nuevos conocimientos y si queremos mejorar como seres humanos debemos hacerlo desde el corazón, a medida que vayamos avanzando en la senda de pulir la piedra debemos ser más intuitivos querer crecer sin egoísmos, con reciprocidad y sinceridad, liberarnos de preceptos, de complejos y de tabúes que ni siquiera sabíamos porque los seguíamos, actuar con mente clara desde el corazón para aportar nuestro grano de arena y desarrollar una escultura en nuestra piedra. En este camino conoceremos hermanos con quienes desarrollaremos lazos y debemos ser fieles a compromiso de ayudar, apoyar y socorrer a nuestros hermanos, cumplir con el concepto de FRATERNIDAD de nuestra aclamación entendiendo que este es un compromiso que debemos respetar para siempre.
En resumen creo que el hermano Antoine de Saint-Exupéry, nos da una preparación y una inducción de los retos que vamos a asumir y que asumimos los aprendices en nuestra ceremonia de iniciación.
Es mi palabra V∴M∴