EL COMPÁS
Origen del Compás
La palabra compas es propia de la lengua castellana y deriva de “compasar” indicando que con la ayuda de un instrumento de dos piernas de distinta estructura se pueda medir distancias en tramos, trazar circunferencias etc. La historia del compás geométrico comienza junto con la historia de la geometría griega clásica, basada en las escrituras de Euclides en el año 300 a.C., es la primera en ser considerada como formal; cuando el hombre antiguo quiso representar el cosmos, trazó un círculo con un compás, siguiendo su perfecta curva de 360°. Todo lo que viniera de la naturaleza, de la creación divina, del universo, ha quedado, desde entonces, representado de esa manera. Es cierto que las civilizaciones egipcias y mesopotámicas dieron un gran paso hacia la abstracción al considerar objetos comunes y corrientes como entes ideales -por ejemplo, conceptuar un círculo en vez del ojo de un pozo-; sin embargo, su demostración en aquel entonces no pretendía ser la justificación matemática de la veracidad de un conocimiento, sino, más bien, intentaba llegar a esta utilizando también la intuición.
La Ciencia nos describe que existen nueve tipos de compases, mismos que reciben su nombre, según el objeto para el cual se les destina; y así tenemos al número 1 – compás de puntas, como su nombre lo indica, sus dos piernas terminan en punta, y sirve para tomar dimensiones y marcar distancias; el 2 – compás para puntillas o gráficos, que lleva en sus ramas los soportes para fijar la puntilla o el gráfico, según se desee, y se utiliza para trazar las circunferencias a lápiz o tinta; el 3 – compás de cuadrante, que ostenta un sector de arco en una de sus ramas, se emplea para medir la abertura o graduación de los cuadrantes en los círculos; el 4 – compás de proporción o reducción, es el que consta de un eje movible, que une sus dos ramas acanaladas, a las que aumenta o reduce sus dimensiones, y sirve para tomar, por uno de sus extremos, las proporciones, y por el otro determinar la correspondiente reducción; el 5 – compás de espesores, que está constituido por dos brazos rectos, y a continuación dos ramas curvas hacia adentro, con un sector de cuadrante en la unión de uno de sus brazos con su rama, y se usa para determinar el área respectiva de las superficies curvas, o sea, el espesor de los cuerpos; el 6 – compás de corredera, consta de una regla graduada en forma de escuadra, con un brazo corredizo ajustable, que sirve para medir o trazar los espacios entre dos o más líneas paralelas; el 7 – compás de precisión, está formado por dos brazos o reglas planas graduadas, y se emplea para marcar las distancias y la graduación de los círculos concéntricos; el 8 – compás de calibre exterior, lo constituyen dos piernas articuladas curvas hacia adentro, y sirve para medir las dimensiones exteriores de los proyectiles o de cualquier otro cuerpo cilíndrico; y por último, tenemos el 9 – compás de calibre interior, que también está constituido por dos ramas curvas hacia fuera, y se usa para medir el calibre o diámetro interior de los cañones, o de las tuberías.
Como se ve, estos nueve tipos distintos que apreciamos en el compás tienen una aplicación perfectamente bien definida en la geometría, en la arquitectura y en las artes, según la forma, la estructura y la figura que afectan.
Su Simbolismo y su Interpretación
De acuerdo con la literatura masónica, en las Logias, el Compás muestra generalmente dos angulaciones: abierto a 90° indica el ángulo que no se puede superar, el límite de la manifestación y por esto mismo, el equilibrio entre sus dos brazos; abierto a la mitad, sus 45° sugieren equilibrio entre fuerzas antitéticas, situadas de manera dinámica y constructiva.
El compás con sus ramas abiertas o desplegadas, simboliza al trabajo material e intelectual del hombre, y en general a todo aquello que significa movimiento progresista, ocupaciones cotidianas, o exposición de ideas que llevan por objeto instruir a la humanidad; y también indica el período en que se desarrollan todos los fenómenos naturales, al igual que representa a la evolución que producen, esa infinidad de fuerzas físico-químicas, que de una manera elocuente, forman, crean y transforman el aspecto, las características y hasta la forma de todos los seres y las cosas, circunstancia por la cual, resulta que el mundo de la creación está constituido por un cúmulo de agentes, cuya evolución corresponde al desenvolvimiento continuo de las causas y los efectos, porque su origen se atribuye directamente al ser supremo; por otra parte, el compás con sus ramas cerradas o plegadas, es representativo del descanso, del reposo, de la tranquilidad, de la quietud, de la calma, de la inmovilidad, y en general de todo aquello que se considera como una inactividad o sosiego absoluto; por tal motivo, en cuanto la logia clausura sus trabajos de sus distintas cámaras, el compás debe permanecer con sus dos ramas plegadas, juntamente con la biblia cerrada y la escuadra sobre el ara.
La ética masónica considera el compás, como un verdadero instrumento alegórico del trabajo intelectual, que dentro del espíritu del hombre, germina o fecunda a su entendimiento, para inculcarle aquellos sanos principios; que nos inclinan hacia una efectiva moderación de nuestros actos; es decir, que el círculo que forma, limitado por la circunferencia, reduce a la voluntad dentro de sus correspondientes fronteras, mismas que jamás deben rebasarse, puesto que nos determina el final de nuestros propios derechos y por lo mismo, nos obliga a respetar los ajenos; ya que para nosotros los masones, también dicho signo, es emblemático de la virtud, porque con sus enseñanzas morales perfecciona nuestra conducta, alienta a nuestro espíritu, fortalece a nuestro entendimiento y cultiva a nuestra inteligencia, con lo que invariablemente nos proporciona una idea exacta de lo que puede ser o es, lo positivo, lo real y lo verdadero, eliminando así las apariencias o las falsas interpretaciones.
El simbolismo moral que en el sentido de la palabra se le atribuye al compás, por lo que se refiere a las enseñanzas que corresponden al primer grado, consisten en que cada una de sus medidas, corresponden a los pasos que marcamos por la senda del deber, por lo que hay que fijarlos con precisión y firmeza, con el fin de lograr restringir, eliminar o rechazar con toda energía, las costumbres tendenciosas, los actos denigrantes, los malos hábitos, las pasiones vulgares y en general, todos aquellos vicios que se adquieren bajo el influjo de la debilidad de carácter, de la falta de voluntad propia, o de la fragilidad humana.
El compás, al trazar la circunferencia, también nos señala el espacio de nuestros derechos, reducido a sus verdaderas dimensiones, respecto a los derechos que justamente corresponden a nuestros semejantes.
El Compás en mi Viaje de Compañero
Durante el desarrollo del ritual de mi aumento de salario al grado de compañero y en la medida en que iba avanzando en cada etapa, un sentimiento abrumador me invadió al encontrarme con un sin número de elementos, símbolos e información tales como: Ausencia de las Tres Columnas, Énfasis en El Martillo, el Cincel, la Regla, la Escuadra el Compás, la Palanca, la Plomada, el Nivel, los Cinco Viajes, las Cinco Luces, los sentidos, la ciencia, las artes, la filosofía, la arquitectura, la Estrella Flamígera, la Letra G, la Palabra Sagrada, la Palabra de Pase, la Columna J entre muchos otros, todos ellos allí dispuestos y listos para ser estudiados, analizados e interiorizados como herramientas fundamentales en la construcción de mi templo; ese sentimiento abrumador se disipó al final del ritual cuando llegó el momento que quizás más me impacto y más me emocionó, me refiero al momento cuando me fue entregada la alforja con el agua, el pan, el vino y el bastón, allí se me concedió la libertad para iniciar mi viaje hacia el encuentro con la luz, el conocimiento y la búsqueda de mi verdad.
El Grado de Compañero trata de develar los misterios de la naturaleza y por más que vayamos profundizando en el estudio de los mismos, van surgiendo más incógnitas y más preguntas que son en muchos casos de difícil respuesta, todo ello lo hace muy apasionante puesto que nos vamos adentrando e indagando en los misterios de la simbología, también, nos invita a aprender y a mejorar tanto espiritual como materialmente, en seguir caminado por el interminable camino de la perfección intelectual y moral y en perseverar en la búsqueda de la belleza, del conocimiento, de forjar un juicio recto, de saber interpretar los planos y ayudar a edificar sin asperezas.
En náutica, compás es el nombre genérico que recibe el instrumento utilizado para determinar direcciones y rumbo a bordo de un barco, es un instrumento de navegación, que proporciona una dirección de referencia (respecto al norte) en el plano horizontal y permite la medición de ángulos horizontales con respecto a esta dirección, hoy en día los compases se gradúan de 0° (norte) a 359° en el sentido de las agujas del reloj (hacia atrás), hay diferentes tecnologías de compases náuticos: El compás magnético , con un principio de funcionamiento que se basa en la orientación de la aguja magnética en el campo magnético terrestre, el compás giroscópico , que se basa en el principio del efecto de giroscópico, la orientación del eje de rotación de un rotor (libre en los 3 ejes) a la dirección de la tierra, el compás electrónico que se basa en las propiedades eléctricas de ciertos materiales sometidos a un campo magnético y el compás de satélite , que aprovecha la diferencia en las señales recibidas por dos antenas para calcular la orientación del segmento que une las dos antenas dentro del sistema geodésico asociado al sistema de posicionamiento por satélite utilizado.
Para realizar el viaje del compañero y explorar todos los símbolos y tratar de develar los misterios de la naturaleza, indudable e indispensablemente se requiere contar con un compás náutico que nos permita fijar el rumbo, que permanentemente nos indique que vamos en la dirección que nos trazamos y que nos permita establecer que tan cerca o lejos estamos llegar a nuestro destino; a mi entender, en este viaje que emprendí, mi compás náutico magnético hace referencia a los símbolos masónicos que debo estudiar, analizar y entender para avanzar en mi formación masónica, mi compás giroscópico son las tenidas en logia y todas las enseñanzas allí adquiridas, mi compás electrónico son las guías, enseñanzas y tutoriales de mi primer vigilante y mi compás satélite son mis queridos hermanos maestros, compañeros y aprendices que me acompañan, apoyan e ilustran en la orden y en la logia.
Es mi Palabra
H∴J∴B∴