¿Y que es el silencio? ¿Por qué debo callar?
Uno de los aspectos que más me ha inquietado en mi grado de aprendiz es el tema del silencio, y del estar en la columna del silencio. Con los encuentros de los trabajos en logia he llegado a la conclusión que este silencio no es un silencio de sumisión, del callar por callar, sino que es un silencio de reflexión para interiorizar y aprender.
Durante los trabajos he tenido que ser observadora y frenar mi impulso de querer dar mi opinión, recuerdo un día en el cuál sentí una lucha interior por querer dar mi opinión pero sabía que debía callar, entonces empecé a comprender que el silencio puede ser igual o más poderoso que una palabra, que el silencio siempre lleva consigo un mensaje.
Según el Diccionario de la lengua española de la RAE, la palabra silencio proviene del latín silentium, que significa “estado de estar callado” o “ausencia de ruido”. A su vez, deriva del verbo silere, que se traduce como “estar en calma, no hablar”. Esta raíz no solo define una condición acústica, sino que también señala una función: el silencio como herramienta para ordenar, contener, respetar o incluso comunicar sin palabras.
En algunos casos encontramos que el silencio es imprescindible y esencial, como, por ejemplo:
- En el discurso, el silencio ayuda en pausas reflexivas que sirven para tener más claridad a la hora de dar a conocer un tema.
 - En la música, los silencios entre notas o compases pueden ser tan importantes como los sonidos mismos, creando tensión, emoción y ritmo.
 - En la literatura, el silencio puede ser un recurso poderoso para transmitir emociones o dejar espacio a la interpretación del lector.
 - En la meditación, el silencio externo favorece la introspección y la claridad mental.
 - En el ámbito judicial, el derecho al silencio protege la integridad del acusado y garantiza un proceso justo.
 - En los rituales y tradiciones, muchas culturas incorporan el silencio en ceremonias para el crecimiento personal y del espíritu.
 - Desarrollo cognitivo. Los períodos de silencio pueden mejorar la función cognitiva, fomentando la creatividad, la memoria y el aprendizaje.
 
Es por lo anterior, que no solo se trata únicamente de una pausa o de la ausencia de sonido, sino como lo precisaba Socrates el silencio es un componente esencial para el pensamiento profundo y el autoconocimiento.
En cada civilización, el silencio ha sido valorado como un espacio de poder, sabiduría o comunión espiritual. Estas interpretaciones culturales no solo enriquecen su significado, sino que muestran cómo el silencio ha sido integrado como parte esencial del pensamiento humano, más allá de lo técnico y lo funcional.
Algunas visiones culturales del silencio:
Budismo: El Noble Silencio invita a hablar solo cuando es necesario. Antes de pronunciar una palabra, se medita. Se evita la verborrea, las promesas vacías y las palabras que hieren. El silencio aquí es una forma de cuidar el alma y la mente.
Islam: Se valora profundamente a quien guarda sus palabras y teme a Allah en lo íntimo. El silencio, especialmente al atardecer, es visto como una forma de humildad y reverencia. Hablar sin certeza es considerado una debilidad; callar es respetar lo divino.
Cristianismo: El silencio es una puerta hacia lo espiritual. Es una forma de comunión con Dios, de introspección, de expresión artística y de conexión con lo más íntimo del ser.
Taoísmo: Lao-Tsé enseña que el sabio no necesita hablar para enseñar. El silencio es armonía, es fluir con la naturaleza sin perturbarla. Callar es estar en sintonía con el orden universal.
Culturas indígenas americanas: En ceremonias como el temazcal, el silencio no solo precede la palabra, la envuelve. Es respeto hacia la tierra, hacia los ancestros, hacia el espíritu. Las palabras nacen del silencio profundo y se pronuncian con reverencia.
Japón: En la estética japonesa, el silencio es belleza. Los jardines zen, los espacios vacíos, invitan a contemplar sin necesidad de explicar. Lo no dicho tiene tanto valor como lo expresado.
Masonería: Es una virtud fundamental que permite la introspección, la reflexión y el desarrollo personal, además de ser una práctica necesaria para la discreción, la confidencialidad y el aprendizaje de la filosofía masónica, es una herramienta hábil como un inductor hacia la calma interna necesaria para contrarrestar la ansiedad y la prisa impuesta desde las tentaciones del mundo profano.
En síntesis
El silencio es tan importante en nuestra vida como masones/as y profanos, para entender el mundo, para liberarnos de prejuicios que son creados por la distracción del ruido, la piedra bruta sólo la podremos pulir cuando entendemos al otro, cuando escuchamos al otro, cuando nos ponemos en el lugar del otro, y a veces nuestra necedad de creer que lo conocemos todo y que para demostrar sabiduría debemos siempre dar a conocer a nuestra opinión, nos volvemos soberbios y dejamos de lado nuestra aclamación LIBERTAD, IGUALDAD Y FRATERNIDAD.
Por lo anterior, considero que como masones/as en el grado de aprendiz es tan necesario entender y practicar el silencio, dejarnos guiar por la instrucción de nuestros Maestros/as, ahora bien, el silencio no solo implica el no pronunciar palabras, tan bien implica control interno, disciplina y obediencia consiente.
Una de las cosas que más me apasionan en mi vida es viajar, conocer diferentes culturas y perderme entre las calles de ciudades no conocidas y saber que siempre encontraré lugares encantadores que no se encuentran en la guía turística, generalmente mis viajes los realizo sola, y es allí donde he tenido mis mayores tiempos de silencio, donde solo me encuentro yo con mis pensamientos y mis monólogos interminables, no obstante, en este último viaje sentí algo diferente, pensé mucho en la masonería y el papel fundamental que juegan sus principios de: respetuosos de la absoluta libertad de conciencia de cada uno, lo que me permitió ver de manera no prejuiciosa a los demás; sino solo entender y tratar de comprender que cada quien es un mundo y qué sólo soy una espectadora de ese mundo.
Por ello, he tratado de llevar a mi vida profana este silencio tan importante que nos enseñan en el grado de aprendiz, porque es autocontrol, es la exigencia del domino sobre mí misma y mis impulsos, de conectar lo visible con lo invisible, de susurrarme verdades sin tener que gritarlas al exterior, en el silencio es donde preparo la palabra, ordeno mi idea y afino mi discurso.
Quisiera finalizar mi plancha con la siguiente reflexión:
“Lo mejor es callar si aún no sabemos cómo y cuándo hablar. Es mejor callar, hasta que aprendamos la importancia de utilizar la palabra de una forma consciente, mesurada y sabia. Es mejor callar cuando no estemos seguros de poder dominar la pasión como detonante de nuestros pensamientos; y así no avasallar, herir, dañar al otro y seguramente dañarnos a nosotros mismos. Es mejor callar cuando no estemos preparados para aceptar nuestra misión. Es mejor callar cuando se empieza a caminar por senderos desconocidos”.
Es mi palabra V:.M:.,QQ:.HH:. y QQ:.HNAS:.
Plancha No. 003
Elaborada por: L:. C:. C:. – Primer Grado
Grado: Aprendiz
- https://www.gadu.org/antologia/reflexiones-sobre-el-silencio-masonico/
 - https://www.rw-3.com/blog/cultural-implications-of-silence
 - https://es.chessbase.com/post/el-silencio-un-espacio-para-la-sabiduria-uvencio-blanco
 - LE DROIT HUMAN, Constitucion internacional
 - Terrones, A., & León, A. (s.f.). Los 33 temas del aprendiz masón.
 - Domenech, J.(s.f.). El Silencio masónico
 - (RAE, s.f.)
 
