“Los símbolos no deben ser explicados sino comprendidos, hay que meditar sobre ellos para intuir espiritualmente el orden de realidad a la que aluden indirectamente: sugieren antes que expresan”.
René Guenón
Recién he dejado de ser profana. Soy Aprendiz y como tal pretendo asumir con dignidad mi Grado. Por ello, es mi tarea encontrar, a través de la búsqueda disciplinada, el significado de los grandes Símbolos presentes en el Templo Masónico. No puedo negar que la mirada cambia sustancialmente. Lo que a primera vista era para mí una forma decorativa en mi vida profana, hoy adquiere gran significado.
En esta tarea, el Enlozado Masónico adquiere varios significados que varía en su complejidad y amplitud hacia el conocimiento espiritual, más que del racional. Para muchos es un emblema de multiplicidad constituido por los pares opuestos. La dualidad expresada en los pares de opuestos son dos distintas manifestaciones de una sola y misma realidad, cuyo reconocimiento nos hace superar la lucha, el conflicto y nos establece en el punto central de la Armonía. La lucha entre los contrarios es el principio universal que gobierna todos los reinos del ser. Para Heráclito, la guerra resulta la primera experiencia filosófica. No obstante hay un fenómeno ordenador, una Cosa Única que apacigua la guerra, convirtiendo esta experiencia en una experiencia única, dentro de un continuo pues no existe uno sin su contrario.
El conflicto ha sido simbolizado por diferentes religiones, como principios del bien y del mal, lo bueno y lo malo, el dios blanco y el dios negro, la vida y la muerte, la luz y las tinieblas.
Toda superficie con recuadros, losanges o rectángulos alternantes es una relación simbólica con una dualidad de elementos. Los romanos marcaban con piedras blancas o negras los días fastos y nefastos, El dualismos nos permite ver y entender que todo tiene un principio y un final.
La yuxtaposición del blanco y del negro representa, naturalmente, la luz y las tinieblas, el día y la noche, y, por consiguiente, todos los pares de opuestos o de complementarios, encontrando su exacto equivalente en el ying y el yang, no siendo éstos la mera yuxtaposición del blanco y el negro y constituyéndose en simple dualidad pues éstos derivan de una misma unidad, de un mismo principio.
Como el ying y el yang, no existe uno sin el otro, cada uno se origina cundo el otro está en su máxima manifestación. El uno contiene al otro. El Yin es negro, femenino, receptivo, dócil, negativo y alimenta. Está asociado con la noche, los valles, ríos, riachuelos, agua, metal y tierra. El Yang es blanco, masculino, activo, dominante, positivo y creador o catalizador. Se le asocia con el día, las montañas, colinas, el fuego, la madera y el aire. Para el taoísmo todo avance es seguido del retroceso y toda ascensión se transforma en una caída. Sin embargo, ambos están creados en un solo hecho, de un todo mayor. Su interacción da luz a la creación de nuevas cosas.
El enlozado se asemeja con el ajedrez. No hay que olvidar que éste (el ajedrez) es un juego cuyo sentido profano no va mas allá de un pasatiempo. Conservando sus orígenes, el chaturanga, nombre inicialmente dado en la India donde fue inventado en el S. VI de la era cristiana, se utilizó como simbolismo guerrero para enseñar estrategia militar a príncipes y nobles de la casta Brahamanes. Utilizado y estudiado por egipcios, persas, griegos, árabes y romanos tuvo nombres y desarrollos distintos y de gran relevancia. Los musulmanes por ejemplo, introdujeron el sistema de anotación algebraica y es a través de esta relación que el ajedrez llega a Europa y se universaliza su uso, no así, sus significados.
El tablero del ajedrez está compuesto por 64 cuadrados de 8×8. En el origen enigmático del simbolismo numérico y astronómico aplicado al tablero por los Brahmanes, tenemos el diagrama de 8 x 8 cuadrados de clara repercusión sacerdotal (denominado por éstos Ashtapada), las ocho direcciones del espacio. Este simbolismo cíclico del tablero de ajedrez expresa el despliegue del espacio, según el principio cuaternario y octogenario de las direcciones principales (4x4x4=8×8), sintetizando de forma clara los dos grandes ciclos complementarios del sol y la luna: el duodenario del zodíaco y las veintiocho mansiones lunares (8). El número 64, suma de las casillas del tablero, es submúltiplo del número cíclico fundamental 25.920, que mide la precesión de los equinoccios. Esta concepción y estudio hacía recurrir al ajedrez como calendario numérico donde se iban a condensar el universo y sus fenómenos físico temporales.
Otro de los significados ocultos de los cuadros bicolores del enlozado masónico es lo que se ha denominado como cuadros mágicos, los cuales tienen diferentes funciones y cuya principal función es servir como clave de interpretaciones. Esto es, que colocados los números de cierta manera puedan ser reemplazados por letras formando frases iniciáticas. Del mismo modo, la numerología contenida en estos cuadros guarda una relación directa con las notas musicales y se pueden tabular diversos cuadros de intervalos diatónicos en anotaciones cifradas con sus relaciones en los siete mundos.
La alternancia de los recuadros blancos y negros integran dos aspectos complementarios y opuestos a la vez, adquiriendo así una importante relevancia simbólica: blanco y negro, sol y luna, dia y noche, principio y fin, bien y mal y esta interrelación representa a su vez el continuo devenir del espíritu humano, de sus diferentes posibilidades y donde solo la inteligencia, aplicada en cada uno de esos movimientos del reto que se nos presenta, mostrará las consecuencias favorables o no para nuestra propia existencia.
Finalmente, el tener claridad sobre el significado del enlozado masónico, nos invita a entender que siempre vamos a encontrar el otro lado de lo que nos parece negativo, desagradable, extenso, obscuro, etc, una esperanza de transformación, de lo negativo a lo positivo y viceversa. El objetivo es entonces, cambiar gradualmente hacia el opuesto que favorezca nuestro espíritu y conjugar, una vez aprendidos los otros significados, las posibilidades que abren más y mejores opciones.
Es el enlozado una carta muy amplia de significados que engrandecen a los HH y HHnas en su diaria transformación y contribución a la armonía de la gran obra del Universo.
Cierro mi memento citando el Principio de Polaridad de El Kybalión:
“Todo es dual, todo tiene polos; su par de opuestos; los semejantes y distintos son los mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, difiriendo sólo en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son semiverdades, todas las paradojas pueden reconciliarse”
ELIZABETH TUBERQUIA VANEGAS