La Tolerancia
“Puesto que yo soy imperfecto y necesito la tolerancia y la bondad de los demás, también he de tolerar los defectos del mundo hasta que pueda encontrar el secreto que me permita ponerles remedio”. Mahatma Gandhi
La Tolerancia es tan importante en la vida cotidiana que sobran los discursos elocuentes, cuando en nuestras instituciones profanas o iniciáticas la tolerancia es una rara virtud. Se necesita un trabajo interior profundo sobre esta virtud, que nos exija en la práctica, demostraciones concretas y fehacientes de un verdadero esfuerzo, para generar comportamientos y actitudes de tolerancia; requisitos únicos, para que vivamos en una sociedad justa y fraterna.
La tolerancia, es más que mantener la paciencia ante las personas que profesan ideas o percepciones que van en contra de nuestros sentimientos; es aceptar, que a partir de la diferencia, podemos lograr un mundo mejor, lleno de nuevos conceptos. No es una cuestión de apoyo a las ideas diferentes, es respetar la libertad de pensamiento y de escuchar activamente, bajo un espíritu fraterno y de dialogo mutuo, para obtener reflexiones positivas, que seguramente, no hubiésemos obtenido de manera individual.
Buscando el progreso, debemos ser ejemplo, de cómo el ser humano, debe filtrar la ideas de los diferentes actores del conflicto, perturbadores de la paz, para así razonar y obtener conceptos diferentes, que puedan ser aceptadas por la generalidad de la sociedad, sin que esto implique sufrimiento o deterioro de los derechos humanos, de algunos de los actores o víctimas de los mismos.
La tolerancia no debe ser confundida con la indolencia o la indiferencia ante los actos que agredan un derecho o violen un deber. La tolerancia debe ser el acto fraterno que en virtud de la verdad asegure la prudencia, pero que no descuide la defensa enérgica de los derechos humanos de todos los miembros de la sociedad, sin ningún tipo de distinción de raza, credo, condición física, nivel socio cultural o inclinación ideológica o sexual.
El actuar en Derecho, debe estar aislado de las estrategias privadas, la cuales buscan el favorecimiento de unos pocos, en virtud de un hipotético conocimiento y entendimiento, que puede soslayar el bien común, alejando los seres humanos de la fraternidad e igualdad y por ende cause un distanciamiento de la tolerancia genuina.
La tolerancia es la virtud de la democracia. El respeto a los demás, la igualdad de todas las creencias y opiniones, la convicción de que nadie tiene la verdad, ni la razón absoluta, es además, el que se pueda opinar u objetar cualquier argumento o concepto sin que el exponente haga uso o se soporte en títulos profesionales o académicos obtenidos, cayendo en los dogmas de autoridad.
La tolerancia es el fundamento de una apertura y generosidad que supone igualdad, fraternidad y respeto por la diferencia enmarcado en el Derecho Humano.
Sin la virtud de la tolerancia, la democracia del mundo profano y de cualquier institución es un engaño, pues la intolerancia conduce directamente al totalitarismo.
William A. Fernandez R