Recordando a nuestra Q:. H:. María Deraismes que tan magistralmente defendió con la palabra los derechos de las mujeres. En su libro “Eva al desnudo” nos explicaba con vehemencia absoluta, que es eso de ser mujer, en esa época.
“Marie-Adélaïde Deraismes (1828-1894) había explicado que ese ser mujer, es producto de la educación diferencial de los géneros, además de una construcción social conformada para garantizar el privilegio masculino. Toda su obra es una defensa del estatus ontológico de igualdad que la sociedad y la cultura niega a las mujeres, y una denuncia constante del papel subsidiario que les ha sido impuesto. La inferioridad de las mujeres no es un hecho de la naturaleza, es un invento humano, es decir, una ficción social. (…) La mujer no es un ser auxiliar, subordinado; no es sólo un ser complementario, es un ser completo. Es la igual al hombre”. (1)
Y quiero partir del hecho de que esta situación de la mujer sigue prevaleciendo desafortunadamente hasta nuestros días.
Seguimos desconociendo que en nuestro país, (Y en el mundo entero), mujeres de todas las condiciones sociales; magistradas, congresistas, ejecutivas, maestras, obreras padecemos de ese desconocimiento a ser ciudadanas de pleno derecho.
Por parte de los actores armados la dignidad de la mujer es arrasada de manera brutal. En las bancadas del congreso se le mira con desconfianza y se le discrimina. En lo doméstico se le exigen deberes de los cuales se ocupan hasta el exceso, pero de sus derechos casi nadie habla.
El acoso sexual al que son sometidas, secretarias, mujeres policías, obreras y hasta mujeres en los altos rangos del poder es indignante.
En esa forma repugnante de castigar con ácido en la cara a las mujeres que se atreven a abandonar a un maltratador o simplemente por ser mujeres.
Ejemplar castigo realizó la fiscalía al condenar a 40 años de prisión, al hombre que quemó con acido a una mujer indígena por haberle abandonado. (Bogotá). Ejemplar también el juicio, a militares en Guatemala; por haber esclavizado sexualmente durante 30 años; a las mujeres de una comunidad.
Son tantos los casos de vulneración de los derechos fundamentales de la mujer, que retomar la idea que trabajó en su época, la muy ilustre Maria Deraismes; acerca de crear Instituciones que reivindiquen esos derechos es una tarea prioritaria.
En Belém do Pará, la ciudad que es puerta de acceso al norte de Brasil, hace 20 años se realizó la Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la Mujer, que puso en escena el compromiso político de los gobiernos de la región definiendo lo que se entiende por violencia contra la mujer, la responsabilidad de los Estados para la eliminación de las mismas y las medidas jurídicas de asistencia y prevención que deben ser adoptadas en cumplimiento a lo dispuesto en el documento.
A 20 años de la Convención, la Casa de la Mujer realizó un evento de balance llamado “20 años Belém do Pará ¿Cómo vamos las mujeres?”, el cual según Olga Amparo Sánchez, directora de la Casa de la Mujer, se plantea porque “es necesario que en el país se discuta sobre los avances y retrocesos frente a estos compromisos internacionales y conocer también los obstáculos para el diseño e implementación de políticas públicas efectivas que ayuden a erradicar dichas violencias”.
Para la Secretaria “si bien hay grandes retos en la ratificación del compromiso del Estado para la erradicación de las violencias contra las Mujeres, en Bogotá, desde la Secretaría Distrital de la Mujer se han realizado avances, tales como: “el diseño e implementación del Sistema Distrital para la Protección y Atención a Mujeres Víctimas de Violencias –SOFIA; la creación e implementación de los Consejos Locales de Seguridad y la formulación de planes de seguridad para mujeres; así como la creación e implementación de las Casas Refugio para mujeres; el diseño de estrategias de comunicación y movilización social para desnaturalizar la violencia contra las mujeres en el Distrito, lo que es muy importante porque hay un chip que no se quiere cambiar y naturaliza las violencias contra las mujeres” (2)
Y en “El Derecho Humano” proclamamos que la mujer y el hombre son iguales, condición indispensable para toda sociedad de progreso, y garantía de equilibrio y desarrollo armónico para las generaciones futuras.
Su carácter internacional sin distinción de nacionalidades, etnias, culturas ni religiones, los masones y masonas de El Derecho Humano están unidos por un mismo ideal y conciben al ser humano en su globalidad, prescindiendo de los particularismos que encierran los gérmenes de la segregación, de la exclusión y de la barbarie.
En este sentido hay que destacar que El Derecho Humano es la única orden masónica mixta, la única que integra a todos los seres humanos sin exclusión, mujeres y hombres. (Comunidad LGBTI ).Y en completa igualdad.
Nosotros como masonas y masones, no podemos olvidar que si no construimos una sociedad en donde todos los seres humanos ejerzan su ciudadanía de pleno derecho, Es de alguna manera un fracaso en nuestros principios como orden.
Hago una invitación a que en nuestra vida profana y masónica reforcemos nuestros esfuerzos para romper con este flagelo de discriminación hacia la mujer.
Liliam Rugeles
(1) La Fuerza de la Palabra. Maria Deraismes.
(2) 20 años Belém do Pará ¿Cómo vamos las mujeres? Olga Amparo Sanchez. CASA DE LA MUJER. BOGOTÁ.