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MIS CINCO VIAJES REFLEXIVOS

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ORDEN MASÓNICA MIXTA INTERNACIONAL “LE DROIT HUMAIN – EL DERECHO HUMANO” FEDERACIÓN COLOMBIANA
RESPETABLE LOGIA
1820 SOL DE COLOMBIA Or.·. de Bogotá
MIS CINCO VIAJES REFLEXIVOS
El número cinco, símbolo y edad del Compañero, se representa por medio de un signo árabe, cuya palabra viene del latín “quinque” que significa quinto y es un número que se compone del binario y el ternario o sea dos y tres, cinco, designa a la quinta esencia universal, a la esencia vital, al espíritu vivificado, al eterno movimiento genealógico y la fuerza intelectual humana, representa también a los elementos naturales del mundo; tierra, agua, aire, fuego y el germen.
Si el Número cinco se compone del primer par, el dos, Símbolo de la hembra, y del primer impar el tres, emblema del macho, no cabe duda que los antiguos justificaron su aplicación como el signo del matrimonio, en la geometría, el número cinco forma la figura del pentagrama cuya estructura es el concurso de cinco triángulos agrupados, es decir, que la figura de tres lados, continúa siendo la base de todas las medidas y por lo mismo, demuestra la justa aplicación de la trigonometría, cuya primera operación en este caso es la superficie del triángulo, base por la mitad de la Altura y que da origen a la fórmula de base por altura sobre dos.
Algunas de las aplicaciones del Número cinco en las diversas ramas de la Ciencia y en la Masonería son que el lustro, medida del tiempo se compone de cinco años, los Judíos reconocían en Moisés, como el autor de los cinco libros del Antiguo Testamento o del Pentateuco, los que más tarde fueron designados por los Romanos, según las materias que en ellos se trata, como; Génesis o historia de la creación del mundo, Éxodo o la salida del Egipto, Levítico o las leyes y ceremonias religiosas, Números o la enumeración de los judíos, y Deuteronomio o la segunda ley.
A la felicidad se le consideran cinco ramas, el Adorno, el Amor, el Socorro, el Trabajo y la Satisfacción, el planeta se divide en cinco grandes continentes; Europa, Asia, África, América y Oceanía, el hombre tiene cinco sentidos; la Vista, el Oído, el Olfato, el Gusto y el Tacto. La Estrella de Cinco Puntas o Pantalfa tiene cinco letras en cada uno de sus triángulos la S, la A, la L, la U, y la S, cinco extremidades tiene el hombre: la Cabeza, los dos Brazos y las dos Piernas.
En el mundo masón, el cinco es el número que identifica al Compañero quien al ser elevado a su cámara, se le hacen cinco preguntas, se le hacen dar cinco viajes, cinco pasos constituyen su marcha, cinco son las baterías del grado, son cinco las escuadras que forma al ejecutar su signo, los tocamientos son cinco, tiene que ascender cinco escalones durante el estudio de sus ciencias, las luces que lo iluminan en su camino son cinco, la estrella símbolo del grado que ostenta se compone de cinco puntas y son cinco el número de años que simbólicamente tiene que emplear para pasar de un grado al otro.
Como se aprecia, el Compañero Masón, tiene infinidad de aplicaciones para el número Cinco, que sería muy largo enumerar, sin embargo, siendo fiel y consistente con este mismo grado que actualmente ostento deseo hacer una reflexión acerca de cómo aplicar el aprendizaje de mi camino masónico hasta ahora recorrido para mi crecimiento intelectual, para mi formación como persona, como esposo, padre y como individuo social.
Los Valores Sociales y las Virtudes individuales
¿Mi reflexión comienza por preguntarme que valores sociales y que virtudes  debo cultivar y practicar en el ejercicio de pulir mi propia piedra para que desde el ejemplo y la acción pueda contribuir con el progreso de la humanidad?
Comienzo por concluir que los actos que permiten la sana convivencia entre los seres humanos, así como aquellos que favorecen las relaciones humanas pueden ser considerados valores, virtudes o principios, todos son cualidades propias de las personas que guían y orientan su accionar diario de modo que las personas puedan establecer relaciones sanas sin perjuicios de ninguna índole.
 
Los Valores
Los valores se pueden definir como bienes que el conocimiento humano posee, acepta y vive, también, son criterios o normas que guían la actuación del individuo en el ámbito personal, familiar, laboral y social; están orientados al crecimiento personal mediante el convencimiento intelectual, lo que quiere decir que, la persona acepta sus valores como normas de vida y actúa en función de ellos, los valores pueden ser positivos o negativos, los valores positivos son aquellos socialmente aceptados y que resultan de lo que se considera bueno o positivo, los valores positivos regulan en gran medida la convivencia y el bienestar de las personas desde el punto de vista social; en contraste, los valores negativos, también llamados antivalores, son aquellos que la sociedad considera negativos, ya que, atacan el bienestar personal, familiar, social o que pueden afectar de forma negativa a terceros.
Los valores son subjetivos y personales teniendo en cuenta que, lo que representa un valor para un individuo puede no serlo para otra persona, todos los seres humanos poseemos valores, y éstos son el conjunto de creencias, criterios y normas que orientan la conducta de la persona, no obstante, los valores pueden o no ser practicados, debido a que, son cualidades que posee la persona pero no necesariamente se pueden manifestar en la conducta; la práctica permanente de los valores se transforma en virtudes, porque los mismos se afianzan en la conciencia de la persona.
Las Virtudes
Podemos decir que las virtudes son el conjunto de hábitos que determinan el comportamiento de una persona, son el afianzamiento y arraigo de los valores los cuales necesariamente son manifestados a través de las acciones de la persona. Las virtudes son la repetición habitual de un conjunto de acciones positivas, las cuales se aprenden y manifiestan de forma voluntaria e involuntaria y permite a la persona hacer el bien para sí y para otros y dar lo mejor de sí en cada actividad o tarea que realice.
Las virtudes atienden a la necesidad del hombre de alcanzar la perfección y la excelencia, por lo que se puede decir que son cualidades innatas que se desarrollan durante la vida de la persona, la práctica permanente de ellas transforma al individuo en una persona íntegra, porque éstas se arraigan y forman parte de la personalidad del individuo.
Tomando en cuenta lo anteriormente descrito, se puede decir que la principal diferencia entre valor y virtud es que los valores son criterios que orientan la conducta humana mientras que las virtudes son hábitos de comportamiento humano, los valores son adquiridos durante la vida mientras que las virtudes son innatas y se desarrollan y afianzan durante la vida, los valores pueden o no manifestarse mientras que las virtudes necesariamente se manifiestan en el accionar de la persona.
Mis Cinco Viajes Reflexivos
Fiel al ritual masónico escoces antiguo y aceptado de la ceremonia de aumento de salario, durante mis estudios en grado de compañero, realicé cinco viajes reflexivos dirigidos a cada uno de los cinco peldaños que componen la escalera que se encuentra en el templo dispuesto para el segundo grado.
El primer viaje al primer escalón,  está consagrado a los cinco sentidos del hombre, para emprender este viaje llevo mi martillo y mi cincel, en mi destino, encuentro un piso de color negro en el cual se apoya una columna jónica que simboliza  la sabiduría y la inteligencia como facultad que nos obliga a no caer víctimas de nuestras preocupaciones, nuestras pasiones, ni malos hábitos, es el factor que impide que vivamos dominados por la apatía y la holganza convirtiéndonos en seres inferiores y sin valor, por eso debemos hacer uso de ella, porque nos sublima y distingue de los demás seres creados por la naturaleza.
Con mis herramientas comienzo a pulir la piedra irregular allí dispuesta para dar forma a los primeros valores sociales que considero son fundamentales para la convivencia, el Respeto, la Tolerancia y la Empatía, me doy cuenta que para darle forma cubica a ese primer vértice debo acudir a virtudes como la Paciencia que ayuda a soportar los momentos difíciles y/o prolongados sin perder la calma, la Prudencia que impide comportarnos de manera irreflexiva e impulsiva en las múltiples situaciones que debemos sortear en la vida y Asertividad para hablar sobre lo que creo que es justo, estableciendo límites claros.
El segundo viaje, consagrado a la arquitectura, es al segundo peldaño de la escalera, su piso es de color blanco, allí se encuentra una columna dórica que simboliza la fuerza y la rectitud, patrimonio universal del hombre que debe propagar, demostrar y utilizar en provecho de sus semejantes. Continúo moldeando la piedra esta vez apoyado en la regla y el compás para calcular y delimitar dos valores sociales muy importantes, la Etica y la Moral, los cuales, para llevarlos a la práctica se requiere contar con especial virtud de la Integridad entendida como entereza moral para hacer lo que se considera correcto para uno mismo y para los demás de acuerdo con nuestros principios, no hacer a los demás lo que no se quiere que le hagan a uno.
El tercer viaje, dedicado a las Artes liberales, la Gramática, la Retórica, la Lógica, la Música y la Astronomía es al tercer escalón de color rojo que soporta una columna corintia que además de la belleza simboliza el valor como una cualidad que sólo poseen los hombres cuyos actos tienden a realizar sus propósitos aun a costa del sacrificio propio, es una facultad que la naturaleza nos dotó para luchar contra del error, la barbarie y el oscurantismo; utilizo la palanca para mover interiormente los valores de la Responsabilidad entendida como la obligación moral o legal del cumplimiento de deberes, que implica esfuerzos por parte de uno mismo, la Honestidad, entendida como la coherencia entre el pensar el decir y el hacer o el actuar y la Lealtad a nosotros mismos y a los demás independientemente de lo que suceda, debemos ser fieles a las personas que amamos; para impulsar estos valores se requiere tener desarrollada la virtud del Compromiso entendido como la voluntad para dar todo nuestro esfuerzo y mantener nuestras promesas y no apostarlo todo por el aquí y ahora, sino aceptar proyectos a largo plazo, también, la virtud de la Resiliencia entendida como capacidad de seguir adelante incluso cuando no vemos el futuro muy claro y hacer frente a las adversidades. Se trata de aceptar las decepciones y aprender de las experiencias poco favorecedoras.
El cuarto viaje, se dedica a la filosofía, nos enseña constantemente a conocernos a nosotros mismos, limitando nuestros actos a las más sanas intenciones que nos elevan a un nivel social digno y poder dar a cada quien lo que le corresponde de conformidad con sus virtudes y sus méritos, va dirigido al cuarto peldaño de la escalera que es de color azul, apoya una columna toscana que simboliza la percepción y la prudencia como la facultad que nos hace obrar bien y atinadamente durante los trances difíciles, comprometidos o peligrosos, salvándonos del fracaso, por eso no hay que olvidar que el hombre prudente, educado y virtuoso es bueno por naturaleza, haciéndose apreciar de sus semejantes; la escuadra y el nivel me permiten equilibrar valores esenciales como la Libertad, la Justicia y la Equidad para lo cual debo apoyarme en virtudes como la Flexibilidad Mental entendida como capacidad de adaptarse y cambiar en medio de las circunstancias fluctuantes de la vida, también es ser abierto de mente y no tener prejuicios, la Autorreflexión entendida como la habilidad de reflexionar sobre uno mismo y las experiencias que le ocurren a su alrededor, es clave para aprender de las situaciones difíciles y del Sentido Democrático puesto que ser democrático es ser valiente, es lo contrario del autoritarismo o la autocracia en esencia es que la persona no impone sus ideas ni pretende controlar, es no tener miedo de las opiniones de los demás.
El quinto viaje, se dedica a la glorificación del trabajo, me conduce al último peldaño de la escalera, su color es verde y sostiene una columna compuesta que simboliza la perfección y la filantropía la cual es una de las perfecciones humanas que se alcanzan por medio de la abnegación cuya cualidad es muy difícil de practicar en el sentido estricto de la palabra, consiste en poseer el sentimiento de amor a la humanidad, nos obliga a tolerarla, a ayudarla y auxiliarla durante en tiempos difíciles, a conducirla por buen camino que es el más seguro de la existencia, nos enseña a respetar las opiniones sinceras de nuestros hermanos porque la intransigencia o el capricho maldicen y persiguen cruelmente a las agrupaciones sociales, por eso no deben encontrar eco dentro de nuestras sanas conciencias. Estando allí, reflexiono sobre dos valores relevantes en el individuo social, el valor del Amor y el valor de la Amistad que para practicarlos requieren importantes virtudes como la Cooperación que implica trabajar junto a otra persona por un objetivo común de esta manera cada uno puede dar rienda suelta a sus talentos y el resultado es mayor que actuando se trabaja de manera independiente, la Generosidad entendida como el hábito de compartir con los demás y de cuidar sus necesidades, ser generoso es una de las mejores virtudes que puede poseer una persona y la Devoción, compromiso con algo que nos interesa profundamente, un servicio incondicional al propósito de nuestra vida, entregarse por completo a lo que uno ama.
Como reflexión final, me atrevo a decir que nuestra pasiones ideológicas ya sean políticas, religiosas, culturales y de los demás ámbitos que nos mueven, podrán hacer que modifiquemos el orden prioritario de nuestra escala de valores sociales y de virtudes individuales pero jamás debemos permitirnos abandonarlos, descuidarlos o dejar de cultivarlos puesto que es ahí donde perdemos o truncamos todo nuestro crecimiento y desarrollo individual y social y como masones pulverizamos la piedra que con tanto esfuerzo nos dedicamos a pulir y esculpir cayendo en la incoherente contradicción de convertirnos en piedras que se atraviesan en el camino del progreso de la humanidad.
Es mi Palabra
 
Com ∴ Hugo Javier Bustos Q.

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