Una de las cosas que impactan cuando nos acercamos por primera vez a conocer qué es la Orden Masónica Mixta Internacional LE DROIT HUMAIN – EL DERECHO HUMANO, es la claridad y sencillez como se expresan los principios en los que se fundamenta.
Desde que leemos los tres primeros artículos de la Constitución sabemos que estamos frente a una Orden Masónica que tiene su propia identidad: una Masonería que desde finales del siglo XIX proclama la igualdad del hombre y de la mujer, que reconoce la pluralidad étnica, filosófica religiosa y de opinión como una de las riquezas de la humanidad y de la orden, y que rechaza todo dogmatismo. Sin estos fundamentos sería ilusorio o imposible hacer realidad el lema de la Masonería Universal de LIBERTAD, IGUALDAD Y FRATERNIDAD, como expondremos brevemente más adelante.
Por eso nuestra propuesta a este Encuentro de MM:. de la Federación Colombiana de El Derecho Humano en donde el tema central es todo aquello que supuestamente debe saber, hacer y aprender el M:. M:. respecto de los rituales y de la administración de nuestra Orden, retoma los enunciados expresados en el VIII Coloquio Latinoamericano celebrado en Quito en noviembre de 2015, en el sentido de insistir la necesidad de ocuparnos con esmero, estudiar y poner en práctica algo que, aunque parezca muy sencillo, pertenece a la esencia misma de nuestra Orden: trabajar porque los principios de nuestra Constitución Internacional, que nos revisten de identidad propia, se instalen en el sentir, en el pensar y en el actuar de todos los HH:. y HHa:., en especial de los Maestros, tanto en los Talleres como en nuestras expresiones hacia el mundo profano. Recordemos uno de los lemas de nuestros fundadores: “Para ser fiel al pasado, hace falta practicar la Masonería del futuro y ampliar y continuar el camino que ella ha entreabierto”. Porque los Masones siempre tuvieron plena conciencia de la época que les correspondió vivir y de responder eficazmente a los retos que se planteaban en su tiempo.
Hoy debemos actuar en un mundo signado por cambios vertiginosos en las ciencias, en las comunicaciones en la sociedad pero en donde la injusticia, la desigualdad, el fanatismo, la exclusión -especialmente de las mujeres- siguen causando dolor y muerte en nuestra América y en el mundo entero.
Las propuestas que expresamos a continuación tienen, entonces, un profundo sentido de realidad y se pueden resumir así:
1. Es un imperativo para todos los HH:. y HHa:. de la OMMI:. LE DROIT HUMAIN – EL DERECHO HUMANO, conocer, y apropiarse plenamente del contenido, de por lo menos los 5 primeros artículos de nuestra Constitución, que son los que definen nuestra identidad como seres humanos libres, pues si los desconocemos y no ahondamos en su profundo significado en los tiempos que nos ha correspondido vivir, resultamos emparentados arbitrariamente con lo que pueden ser las demás obediencias de la Masonería tradicional, es decir, nombrando el mundo con el mismo lenguaje de los otros, sin reforzar nuestra singularidad, en donde ese lenguaje no es igual. En orden a la brevedad, vamos a expresar a menos los tres primeros artículos. Si miramos con atención el artículo primero, por ejemplo, nuestra Constitución Internacional no repite el principio abstracto y sin historia de la Igualdad, sino que la reclama para todos los seres humanos, es decir, para hombres y mujeres, y dentro de categorías específicas, en las que esa igualdad se entiende y asume con el propósito de lograr la justicia social, en toda la tierra, en una humanidad fraternalmente organizada. En otras palabras, nuestra Constitución Internacional confiere un sentido histórico expreso, en la corriente del humanismo filosófico, a la tríada de la Libertad, Igualdad y Fraternidad, con fines y materialidades concretas.
2. El artículo segundo, por su parte, desarrolla desde una perspectiva interdisciplinaria mucho más amplia estos enunciados, estableciendo cómo la Fraternidad no es el gesto sino la esencia, no lo adjetivo sino lo sustantivo, sin ambigüedades, incorporando una de las categorías fundamentales de la modernidad, la noción del respeto de la Otredad, que es otra de las singularidades de nuestra Orden Masónica Mixta Internacional LE DROIT HUMAIN – El Derecho Humano: por ello, el texto declara de manera expresa que la Orden está compuesta por hombres y mujeres unidos fraternalmente, “sin distinciones por razones sociales, étnicas, filosóficas o religiosas”.
3. El artículo tercero, complemento definitivo de los principios antes enunciados, hace énfasis en la Laicidad con un sentido fundante, transversal y guía de nuestra Orden, pues considera que para ejecutar la Libertad, Igualdad y Fraternidad, los masones y masonas de El Derecho Humano deben ser “respetuosos de la absoluta libertad de conciencia de cada uno”. Así las cosas, es indispensable conferir un sentido histórico laico, o sea, civil, no derivado de ningún dogma o creencia reigiosa, a la famosa tríada para no caer en el ensimismamiento contemplativo o en el idilio solipsista: por eso nuestra Constitución considera que la noción del Otro no puede estar sujeta a ninguna clase de prejuicio, militancia o ejercicio de ningún credo político ni religioso.
Desde esta perspectiva, consideramos que el reto es bien claro en nuestra Orden: para trabajar en beneficio de la humanidad debemos no solo propender por la defensa de estos principios de laicidad, mixidad, libertad, igualdad y fraternidad en un mundo concreto y en situaciones históricas identificables con la naturaleza de lo humano, sino hacer de estos maravillosos enunciados una praxis verdadera, que comienza en casa y en nuestros Talleres y puede crecer como semilla fértil a nuestro alrededor, en cada acto de nuestro vida, en el ejercicio de nuestra cotidianidad, en el calor del hogar y del trabajo, en la relación permanente con los otros. En otras palabras, convertir el enunciado de las buenas intenciones en ejecución eficaz de acciones en el mundo de la realidad que vivimos. En el fondo, se trataría de construir otras formas de entender el nuevo mundo con nuevos lenguajes, pues sabemos que la palabra no sólo enuncia sino crea mundo, genera realidades, y es soporte para los horizontes de sentido que tanto nos hacen falta. Y el nuevo lenguaje que reclamamos, con vehemencia en la diferencia, es, precisamente, el de la laicidad y mixidad, porque es lo que nos identifica ante el mundo de la masonería, esto fue lo que gestaron nuestros venerables fundadores María Deraismes y George Martin y su legado ha sido redefinido y ampliado en la nueva Constitución Internacional.
Por todo esto, el reto es el conocimiento verdadero de la realidad y por ende el compromiso social en un mundo caótico y más o menos desesperanzado o fatigado por los grandes metarrelatos que poco a poco han ido difuminándose en sus propias contradicciones. Así las cosas, consideramos que la Orden Masónica Mixta Internacional en Colombia y en América Latina debe emprender una tarea de resemantización en la diferencia, de reafirmación en su singularidad, apelando a los postulados de su Constitución Internacional, para tomar distancia fraterna de otras obediencias, en donde conceptos como la mixidad y la laicidad son vistos casi siempre con desconfianza, por la dependencia con unas concepciones ancestrales que fueron fundamentales para la masonería tradicional, pero que hoy nos parecen arcaicas, sin historicidad, como cajas huecas de resonancia del pasado.
Estas formas o propósitos de resemantización en la singularidad como Orden Mixta Internacional nos obliga, entonces, a situarnos en el aquí y en el ahora de este mundo que nos ha tocado vivir y en el que nos comprometimos a trabajar por el bien de la humanidad, con expresiones concretas de compromiso social, de defensa de los derechos humanos, protección al medio ambiente, educación laica en el respeto por el Otro, participación en los procesos de paz que hagan viable los sueños de fraternidad y muchos otros enunciados que a fuerza de decirlos sin suficiente convicción los hemos ido gastando hasta convertirlos a veces en palabras vacías, en comodines verbales para el confort metafísico.
Y la fuente está en nuestras manos, en el libro que nos sirve de testimonio en todos los rituales cuando participamos de lo sagrado, nuestra Constitución Internacional y, desde luego también, en los textos básicos de nuestra Orden, como los sabios libros de Maria Deraismes, George Martin, y otros como la recopilación de Grandes maestros tenéis la palabra, que representan la singularidad de la OMMI y contienen los principios que nos definen ante el mundo.
Queridos HH:. y HHa:. M:. M:. de la Masonería Mixta internacional LE DROIT HUMAIN –El Derecho Humano- de Colombia: he querido insistir en estos asuntos fundamentales, esenciales, filosóficos, en este Encuentro de Maestros, pues considero que son el corolario en que pueden edificarse de manera más apropiada todas las demás propuestas que vamos a discutir sobre el deber, el saber y el hacer respecto del simbolismo y la estructura administrativa, si queremos cumplir cabalmente con los retos del presente y del futuro de nuestra Orden.
Es mi palabra,
César Valencia Solanilla, M:.M:.
Resp:. Log:. Estrella del Sur
1796 Or:. De Pereira